Antes de morir, este joven publica en Instagram su
despedida final. Lo que dice es lo más triste y fuerte que he leído
Lo que menos espera
cualquier joven es sufrir alguna enfermedad debilitante o que pueda acabar con
su vida; se supone que hemos de morir viejos, luego de haber realizado nuestros
sueños, rodeados de nuestra familia y amigos.
Pablo Ráez era un joven
atleta español a quien el 26 de marzo de 2015, y con 18 años de edad, le fue
diagnosticada leucemia. Comenzó el suplicio de las quimioterapias y fue
necesario realizarle un trasplante de médula osea, todo parecía ir
bien, había esperanza, estaba limpio, el cáncer parecía haberse ido para siempre
Diez meses después,
sin embargo, volvía la leucemia; era necesario volver a las quimioterapias
luego de que el trasplante de médula no había funcionado como se esperaba.
Esta vez las cosas
eran diferentes, más complicadas, no tenían un donante para Pablo. Él aún así,
lejos de rendirse y sucumbir ante la tristeza o desesperación, luchó más fuerte
que nunca y comenzó a compartir su profundas reflexiones sobre la vida y
la muerte en redes sociales. Rápidamente se hizo de una base de seguidores de
más de medio millón de personas, y junto a ellos impulsó la iniciativa
#retounmillón para aumentar el número de donantes de médula osea en España a un
millón de personas. Su lucha no era sólo personal:
"Sería
triste morirme porque no hay un donante para mí, cuando está en la mano de
todos aumentar esas posibilidades de vida, tanto en mí, como en todas
las personas que puedan necesitar un trasplante de médula."
De
pronto todo parecía girar 180 grados una vez más; no sólo había logrado
aumentar la cantidad de donantes en España un 1000%, sino que habían encontrado
un donante de médula osea para él. La esperanza regresaba una vez más y tomaba
el lugar del miedo.
Me preguntan
de dónde saco la fuerza, de dónde saco las ganas de vivir, cómo siempre tengo
esa sonrisa a pesar de las dificultades. No temo a la muerte y soy libre,
de ahí me viene toda la fuerza. Cuando dejas de
tener miedo eres libre",
compartió en redes sociales.
Pero
el destino es implacable y simplemente no podemos luchar contra él; el segundo
trasplante de médula tampoco funcionó. Fue el 25 de febrero de 2017 cuando
Pablo murió, tenía 20 años de edad. Apenas tres días después, el 28 de febrero,
iba a recibir la Medalla de la Ciudad de Marbella por su ejemplo de superación.
Su último post en redes sociales rezaba:
"Disfrutemos
cada día que es único, de verdad , empiezo a valorar las cosas de una manera
increíble y de verdad que la vida sabe mejor así. Amad todo lo que forme
parte de la vida, disfrutad de todo lo que forme parte de la vida , no os
arrepentiréis.
¡Seguimos en el
camino y cargado de fuerza! Animo a todas las personas que estéis en una
dura batalla, animo a todas las familias que estés pasando una dura batalla,
ánimo a los que hayáis perdido a un ser querido, todo pasará y todo
llegará. La muerte forma parte de la vida por lo que no hay que temerla
sino amarla❤"
Pablo no venció al
cáncer, pero logró impactar en la vida de millones de personas con un mensaje
de lucha y esperanza, de solidaridad y bondad. Miles de personas lo recuerdan
con admiración y respeto.
Desde aquí nuestros
pensamientos están con su familia y amigos, pero también con la de todos
aquellos que pasan por una situación similar.
Recuerda compartir
el inspirador mensaje de Pablo y hagamso que llegue a más personas apoyando con
un like.
Fuente:
La Vanguardia
Nolocreo
Nolocreo
Hola
El País
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