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viernes, 31 de marzo de 2017

Lo amé hasta que mi dignidad dijo: “No es para tanto”




Lo amé hasta que mi dignidad dijo: “No es para tanto”

Me enamoré como nunca de alguien que no merecía siquiera que lo mirara con todo ese amor con el que lo hice. Solía construir historias en donde los dos éramos protagonistas, sin darme cuenta yo era todos los personajes.
Me dedique sin darme cuenta, a idealizar cada parte de su ser, a ponerlo por encima de todo y de todos, incluyéndome a mí.

Me empeñaba en tratar de vivir dentro de esas historias que solo estaban en mi mente. Era suficiente un falso “Te Amo” con su voz, para creerme capaz de derrotar al mundo entero yo solita, en verdad yo solita, siempre camine sola, aunque de la mano de alguien que fingió quererme solo para manipularme. Creí que era valiente al arriesgar el todo por mantenerlo contento, cuando en realidad solo estaba construyéndome un monumento a la estupidez y a la ingenuidad.





Mi motor de vida era idear cosas para tenerlo feliz, creía que eso era amar, que así no me dejaría, que así también él me amaría. Hice hasta lo imposible para que fuera feliz, que no me daba cuenta que yo misma estaba pisoteando mi felicidad, no me daba cuenta que estaba pasando encima de mis sueños para poder cumplir los suyos, no me daba cuenta que estaba perdiendo mi esencia, mi sonrisa, que estaba escupiendo en la cara a mi dignidad.
Él lo sabía, era consciente de que me estaba perdiendo en un mar de falsedades y que mi dignidad estaba ya en el subsuelo, lo sabía y se aprovechaba por eso. Me manejaba a su antojo, me manipulaba cínicamente en las narices de todos, en mis narices, la diferencia es que todo mundo se daba cuenta menos yo, porque lo amaba, o eso creía.
¿En qué momento me olvidé de mí?  ¿Cuándo es que sobre pasé esa línea del amor y me convertí en una vil esclava? ¿Cómo definir ahora lo que es el amor y cuáles son los límites aceptables para sobre llevar una relación y vida en pareja? No se la respuesta de ninguna de las anteriores preguntas que me están taladrando la cabeza, solo que lo que yo hice por él no es amar, idealice y pase por alto todas las claras señales que me mandaba diciéndome el NO ME AMABA que YO YA NO ME AMABA.





No puedo definir cuál de todas sus bajezas fue la que me hizo darme cuenta que debía retroceder, que debía decir adiós a ese lastre al que yo llamaba amor. No fue fácil decidirme a dejarlo, pues mi lastimado corazón y mi nula autoestima que caminaba de la mano con mi dignidad, no me dejaban ver que era lo mejor, sin embargo, al hacerlo, al mandarlo a volar y exigir que saliera de mi vida, volvió casi por completo el amor más fuerte que perdí casi por completo, mi amor propio.

Descubro que tengo mucho que dar, me enseñó que puedo dar todo por amor y no está mal, lo terrible es cuando pasas por encima de ti misma para complacer a alguien más.
Aprende a amar eso que ves en el espejo todos los días, entiende que la única que puede decidir qué hacer con tu tiempo, con tu cuerpo y con ti vida eres tú misma…
Deja de depositar tu felicidad en las manos de alguien más. No importa cuántas veces te rompan el corazón, camina de frente y con la dignidad intacta.
Idea Original: Anita Reyes



miércoles, 15 de marzo de 2017

5 cosas que los hijos jamás olvidan de sus padres



5 cosas que los hijos jamás olvidan de sus padres

Todos los padres quieren tener hijos maravillosos. Que de niños sean afables y de adultos se comporten como gente responsable y útil para la sociedad. Sin embargo, se pone mucho más empeño en pensar ese mañana que en sembrar sus bases durante el presente sobre el que caminamos. Algunos padres piensan que cuando sus hijos son pequeños solo deben obedecer y que de eso se trata la crianza.

El resultado es que cada vez tenemos más niños inconformes y más adultos infelices. Cuando no hay criterio para la crianza consistente, lógico y estable aumenta la probabilidad de que los hijos muestren comportamientos rebeldes y/o herméticos. Quizás caprichosos, quizás autoritarios y, en todo caso, inestables. No logran establecer un vínculo afectuoso y estrecho con sus padres, sino que, por el contrario, viven en una guerra sorda o abierta con ellos.



Una de las partes más importantes de nuestra vida es la infancia. Es allí donde se construyen los cimientos de una mente saludable y de un corazón limpio. De este modo, algunas actitudes de los padres dejan una huella para siempre: a veces positiva, a veces negativa, pero la mayoría de las veces profunda. Estas son 5 de esas conductas que los hijos pocas veces.

Los hijos jamás olvidan el maltrato

Ninguna relación es perfecta y mucho menos una tan intensa como la de los padres con sus hijos. Siempre habrá momentos de contradicción o de conflicto y eso es algo perfectamente normal. Lo que cambia es la manera de sortear esas dificultades y, lamentablemente, muchos padres asumen, equivocadamente, que el maltrato es una herramienta para educar.

Puede que con el maltrato se logre intimidar a un hijo para que haga exactamente lo que el padre quiere. Pero también esos malos tratos se convertirán en el germen de la falta de autoestima y en una fuente de rencor. Ponen al niño en una situación muy compleja: ama y odia al mismo tiempo. También aprende a temer. El corazón de un niño es muy susceptible, y si se hiere de manera constante con el tiempo se convertirá en alguien insensible.

El trato que se le da al otro padre


La relación entre el padre y la madre es el patrón de que parte el niño para forjar una actitud frente a las relaciones de pareja. Es muy probable que, consciente o inconscientemente, de adulto repita con su pareja lo que vio en casa entre sus padres. Antes probablemnte lo repita con las personas que quiere.

Piensa que los conflictos entre los padres generan angustia en el hijo. Una de las posibles consecuencias será que se meterá en problemas solamente para atraer la atención de unos padres, quienes no le atienden porque están centrados  en el conflicto que mantienen. Además, disfrutará o no de las relaciones afectivas en base a esos patrones aprendidos.

Los momentos en que se sintieron protegidos

Los miedos de los niños son más grandes e insidiosos que los de los adultos. Los pequeños no logran distinguir bien la frontera entre realidad y la imaginación. Los padres son las personas en las que más confian para obtener la sensación de seguridad que necesitan para aprender y explorar lo desconocido. Así, si son los padres los que causan este miedo van a sentirse totalmente desprotegidos.




Los padres deben escuchar con atención esos temores, sin criticarlos, ni minimizarlos. Deben hacerles entender que no se encuentran en peligro. Esto incrementará el sentimiento de seguridad de los hijos y hará mucho más fuerte el vínculo de amor y de respeto con los padres.

La falta de atención

Para un niño, el amor que le profesan sus padres está intimamente relacionado con la atención que reciben de ellos. Para los hijos no existen expresiones de afecto tales como trabajar más de la cuenta para poder pagarle un colegio caro. Ellos no creerán que tú los amas si no compartes tiempo con ellos para conocerlos y estar al tanto de su mundo.

Los hijos nunca olvidan que el padre o la madre les regalaron una camisa verde, cuando habían dicho hasta la saciedad que quería una morada o que prometió algo que jamás cumplió. Lo experimentan como una suerte de abandono, como un mensaje que dice: “no eres suficientemente importante”. Por eso quedará una huella de dolor en sus corazones.

La valoración de la familia

Los hijos van a recordar siempre que su padre o su madre fueron capaces de poner como prioridad a la familia en distintas circunstancias. Los niños necesitan y disfruta de las celebraciones, no importa si es con más o menos regalos. También para ellos es muy importante que el padre y la madre tomen en serio la Navidad.

Si los padres ponen a la familia por encima de todo, el hijo aprenderá el valor de la lealtad y del afecto. De adulto, también será capaz de dejar de lado otros compromisos para ir a ver a sus padres cuando ellos lo necesiten. Se sentirá compensado y tendrá mayor capacidad para dar y recibir afecto.

Todas esas huellas que se imprimen durante la infancia nos acompañan durante el resto de nuestra vida. Muchas veces representan la diferencia entre tener una vida saludable mentalmente y una vida plagada de conflictos. Una crianza impregnada de amor y cariño es el mejor regalo que puede hacerle un ser humano a otro.





domingo, 12 de marzo de 2017

El día que me volví invisible... Una lamentable historia que te va hacer llorar



El día que me volví invisible... Una lamentable historia que te va hacer llorar
Es triste saber que muchos somos ajenos a las situaciones deplorables que viven los demás. Más triste aun, que de nuestro corazón no pueda salir un poco de bondad y generosidad para tener un gesto que cambie la vida de los demás. 


La siguiente historia es sumamente conmovedora y la protagonista es una anciana que platica como su vida fue cambiando a través de los años y como termina siendo invisible ante los demás.




Esperamos que el vídeo que te compartimos a continuación se vuelva viral y que todos reflexionemos sobre ello para que nuestros abuelos no pasen por la misma situación que esta anciana. Debemos crear conciencia y tratarlos con respeto, no ignorando que, si corremos con suerte algún día llegaremos a su edad.
Recuerda que nuestros ancianos son los seres más llenos de amor, experiencia y no sólo merecen nuestro respeto sino también admiración.

No olvides que son las personas que nos pueden regalar los mejores consejos y compartirnos un poco de su sabiduría. Se dice que, en las civilizaciones más antiguas, ellos eran los mejores repartiendo consejos y además, promulgaban las leyes e impartían la justicia, era una manera de demostrar el respeto que todos les tenían.

Si la vida lo permite, todos llegaremos a una edad en que necesitemos de cuidados que, si tenemos hijos, serán ellos quienes habrán de otorgárnoslos. Precisamente no es que habremos de esperar ayuda o exigirla, pero si nace de ellos hacerlo, que mejor, lo triste sería es que teniendo familia nadie se hiciera cargo y se tuviera que pasar a manos de una institución en donde muchas veces, ni siquiera tratan bien anuestros adultos mayores.
Te compartimos el siguiente vídeo deseando quede una reflexión en ti:







viernes, 10 de marzo de 2017

Mamá hambrienta en Mcdonalds llora después de leer una nota anónima de sólo 12 palabras



Mamá hambrienta en Mcdonalds llora después de leer una nota anónima de sólo 12 palabras
Un simple acto de bondad tiene el poder de cambiar vidas. Algunas veces es totalmente improvisado y otras planeado, pero para la persona de la historia abajo fue algo que se le presentó inesperadamente mientras rellenaba su vaso de soda.
Una historia en redes sociales que vale la pena leer y compartir:


"Estoy sentada en Mcdonalds tomándome un Sprite. De acuerdo, es mi tercer Sprite. Y la mujer en la esquina.... espera. Estaba aquí antes de que yo llegara. Entra caminando un hombre con un niño pequeño, quizá de sólo tres años de edad, ¨Se suponía que ibas a estar aquí hace una hora¨, dice ella algo molesta. ¨Bueno, ya estoy aquí y él también¨. El hombre da media vuelta para dirigirse hacia la puerta, ¨Oye, ¿tendrás algunos dólares para una hamburguesa con queso, sólo tengo dinero para esta Cajita Feliz¨







El voltea a los lados para asegurarse que nadie esta viendo. ¨Al carajo, muérete de hambre¨, dice y camina hacia la puerta.
Ella simplemente menea la cabeza y camina hacia la caja con el niño, ordena una cajita feliz para él. El chico que la atiende le dice que su tarjeta sólo tiene 37 centavos. Ella y el niño van a su auto en donde encuentran algunas monedas. Se sientan con la cajita feliz y le prepara su comida y su diminuto vaso de bebida. Le pregunta si mamá puede tomar una papa a la francesa, él le pasa la que acaba de morder. (Casi me río para mí)
Camino hacia la máquina de sodas y relleno mi vaso, Powerade esta vez. El chico de la registradora está rellenando las servilletas, le doy mi tarjeta de débito y le digo que le de a ella 2 hamburguesas dobles, unas papas y una bebida grande. Le pido que no le diga que es de mi parte y escribo una pequeña nota con el sharpie que uso en el trabajo. "Mantén la cabeza en alto y siempre ve hacia adelante. Tú PUEDES, lo HARÁS". Él me trae mi tarjeta de débito y camina de regreso hacia la caja en donde toma la bandeja con comida para ella. Dice "Han comprado esto para ti", "¿Quién?", "No se supone que pueda decirlo, pero no he sido yo", dice él y regresa a la registradora.



La mujer lee la nota en la servilleta y las lágrimas comienzan a bajar por sus mejillas. Llena el vaso con su bebida y comienza a comer. El niño le intercambia un nugget por una mordida de su hamburguesa (me río de nuevo).




Luego que ambos han terminado se disponen a irse. Pasan a mi lado, le sonrío al pequeño y su madre me susurra "gracias", le respondo también en susurros "¿Por qué?", me sonríe y yo guiño un ojo. Vuelvo la cara al niño y le deseo que tenga un buen día.




La vida es dura. Siempre procura estar dispuesto a hacerla un poco más fácil a alguien. Las pequeñas cosas hacen gran diferencia. 




Para todos los padres que están en una situación similar:




"Mantén la cabeza en alto y siempre ve hacia adelante. Tú PUEDES, lo HARÁS"

Recuerda compartir esta bella historia de fuerza y esperanza y no olvides apoyarnos con un Me Gusta.

Apoyemos este tipo de acciones 



Antes de morir, este joven publica en Instagram su despedida final. Lo que dice es lo más triste y fuerte que he leído



Antes de morir, este joven publica en Instagram su despedida final. Lo que dice es lo más triste y fuerte que he leído
Lo que menos espera cualquier joven es sufrir alguna enfermedad debilitante o que pueda acabar con su vida; se supone que hemos de morir viejos, luego de haber realizado nuestros sueños, rodeados de nuestra familia y amigos.
Pablo Ráez era un joven atleta español a quien el 26 de marzo de 2015, y con 18 años de edad, le fue diagnosticada leucemia. Comenzó el suplicio de las quimioterapias y fue necesario realizarle un trasplante de médula osea, todo parecía ir bien, había esperanza, estaba limpio, el cáncer parecía haberse ido para siempre




Diez meses después, sin embargo, volvía la leucemia; era necesario volver a las quimioterapias luego de que el trasplante de médula no había funcionado como se esperaba.

Esta vez las cosas eran diferentes, más complicadas, no tenían un donante para Pablo. Él aún así, lejos de rendirse y sucumbir ante la tristeza o desesperación, luchó más fuerte que nunca y comenzó a compartir su profundas reflexiones sobre la vida y la muerte en redes sociales. Rápidamente se hizo de una base de seguidores de más de medio millón de personas, y junto a ellos impulsó la iniciativa #retounmillón para aumentar el número de donantes de médula osea en España a un millón de personas. Su lucha no era sólo personal:

"Sería triste morirme porque no hay un donante para mí, cuando está en la mano de todos aumentar esas posibilidades de vida, tanto en mí, como en todas las personas que puedan necesitar un trasplante de médula."





De pronto todo parecía girar 180 grados una vez más; no sólo había logrado aumentar la cantidad de donantes en España un 1000%, sino que habían encontrado un donante de médula osea para él. La esperanza regresaba una vez más y tomaba el lugar del miedo.


Me preguntan de dónde saco la fuerza, de dónde saco las ganas de vivir, cómo siempre tengo esa sonrisa a pesar de las dificultades. No temo a la muerte y soy libre, de ahí me viene toda la fuerza. Cuando dejas de tener miedo eres libre", compartió en redes sociales.

Pero el destino es implacable y simplemente no podemos luchar contra él; el segundo trasplante de médula tampoco funcionó. Fue el 25 de febrero de 2017 cuando Pablo murió, tenía 20 años de edad. Apenas tres días después, el 28 de febrero, iba a recibir la Medalla de la Ciudad de Marbella por su ejemplo de superación. Su último post en redes sociales rezaba:

"Disfrutemos cada día que es único, de verdad , empiezo a valorar las cosas de una manera increíble y de verdad que la vida sabe mejor así. Amad todo lo que forme parte de la vida, disfrutad de todo lo que forme parte de la vida , no os arrepentiréis. 
¡Seguimos en el camino y cargado de fuerza! Animo a todas las personas que estéis en una dura batalla, animo a todas las familias que estés pasando una dura batalla, ánimo a los que hayáis perdido a un ser querido, todo pasará y todo llegará. La muerte forma parte de la vida por lo que no hay que temerla sino amarla"

Pablo no venció al cáncer, pero logró impactar en la vida de millones de personas con un mensaje de lucha y esperanza, de solidaridad y bondad. Miles de personas lo recuerdan con admiración y respeto.

Desde aquí nuestros pensamientos están con su familia y amigos, pero también con la de todos aquellos que pasan por una situación similar.


Recuerda compartir el inspirador mensaje de Pablo y hagamso que llegue a más personas apoyando con un like. 


Fuente:
La Vanguardia
Nolocreo
Hola
El País
No olvides apoyar el mensaje de Pablo en facebook .



Este niño blanco pidió el mismo corte que su mejor amigo para confundir a la maestra



Este niño blanco pidió el mismo corte que su mejor amigo para confundir a la maestra
Jax Rosebush es un pequeño de 4 años de Louisville que sorprendió a todos con su inocencia. Una mañana, mientras discutía sobre su cabello con su mamá, le hizo una petición muy especial: quería un corte igual que el de su amigo Reddy para jugarle una broma a la maestra y confundirla.  
Jax, quien es un niño caucásico, no ve otra diferencia entre él y Reddy, que es de raza negra, que el corte de cabello.



"El pensó que sería hilarante confundir a la maestra con el mismo corte de cabello. Si esto no es prueba de que el odio y el prejuicio son cosas que se aprenden no se lo que es", comentó Lydia Rsebusch, la madre de Jax, en la publicación donde compartía la experiencia.


Desde que Lydia publicó la foto de su hijo con su mejor amigo en facebook esta ha sido compartida más de 85 mil veces. 



“Esto es increíble: solo publiqué porque mi niño es muy cómico y tierno. Nunca anticipé esto”, comenta ella al respecto.
En una entrevista con ABC13, Lydia dice que encuentra muy gracioso que su hijo no ponga atención al color de piel de Reddy.


"Me parece muy gracioso que Jax ni siquiera se de cuenta que la piel de Reddy es de otro color. Cuando él lo describe nunca lo menciona. Creo que con todo el odio en el mundo hoy podríamos usar esta lección de un niño de casi cinco años"

Reddy y su hermano mayor, Enock, nacieron en África, fueron adoptados cuando tenían 2 y 4 años de edad por Kevin Weldon, quien es pastor de una iglesia en Louisville, y su esposa Debbie. Los Weldon son blancos.






Al respecto Kevin Weldon comenta: "Mis hijos no lucen como yo, pero somos una familia como cualquier otra. Compartimos el apellido, nos amamos con todo el corazón y seremos una familia para siempre".


La inocencia de los niños ha unido aún más a estas dos familias, pero también nos ha dejado a todos los mensajes de unión, respeto, solidaridad y amor tan necesario en estos días.


Comparte este artículo para hacer conciencia que son más cosas las que nos asemejan a los demás que las que nos separan. Ayudemos todos a eliminar los prejuicios y el racismo. 


No olvides apoyarnos con un Me Gusta y compartirnos tu opinión en los comentarios.



¿Por qué el segundo hijo es más tremendo que el primero?



¿Por qué el segundo hijo es más tremendo que el primero?
Cuando decidí tener mi primer hijo todo marchaba muy bien de principio. Él era un niño muy tranquilo y bien portado, sin embargo, conforme fue creciendo, los berrinches y caprichos no se hacían esperar, muchas veces me dejó en ridículo frente a las personas por su manera de comportarse. Cansada de lo mismo recurrí a su profesor para que me diera sugerencias sobre castigos ejemplares y sobre la manera en que él lograba tranquilizarlo y sobre todo, disciplinarlo. El profesor sorprendido me dijo que no entendía lo que yo le exponía pues en su clase mi hijo se portaba maravillosamente bien. Me confesó nunca haberlo castigado pues era un niño muy obediente que no daba problema alguno.



No lograba asimilar sus palabras, posiblemente el profesor no sabía de qué niño hablábamos, pero al ver mi cara de desconcierto me explicó que los niños nunca se comportan igual, en sus casas son unos y en la escuela otros. La explicación a que en su casa se comporten ¨mal¨ o se desaten, es porque ellos están en su territorio y se sienten seguros y en confianza con las personas de su casa. Se podría decir que los más pequeños tienen doble cara y son tan inteligentes que saben a la perfección donde mostrar cada una y por qué.
 Luego cuando tuve a mi segundo hijo comprobé que mi primogénito era un ángel a comparación del segundo, se de antemano que las comparaciones nunca son buenas pero con todos sus berrinches y caprichos, el segundo era un terremoto que se llevaba todo a su paso. Verdaderamente me desquiciaba en ocasiones pues no me hacía para nada caso, parecía que no me miraba como ¨autoridad¨, me retaba, me ignoraba y confrontaba casi todo el tiempo, era difícil entenderlo pues ambos fueron educados de la misma manera.


Como yo, otros papás han pasado por la misma situación, su primer hijo termina siendo el más tranquilo y el segundo, todo un mini torbellino, claro, siempre habrá excepciones pero el que hubiese otros papás como yo no puedo negar que fue mi consuelo.
Cuando tienes tu primer hijo y te esperas un tiempo a tener el segundo, no puedes negar lo agradable que es que todo esté en paz y armonía pero ¿qué pasa? Apenas llega el segundo hijo y toda esa armonía desaparece.


Por ejemplo, mi segundo hijo es cosa seria, ha roto infinidad de libros, a rayado paredes, ha quebrado objetos, sus juguetes están todos destrozados y ningún mueble en la casa dura cuando él se lo propone.  Lo preocupante es que a pesar del torbellino que es, siempre que llego por él a la guardería su carita muestra tristeza y sus ojitos se miran llorosos.




Al cuestionar sobre su ánimo, miles son las quejas que me atacan, por aquí y por allá, tanto niños como maestros y eso es casi a diario. Y si, efectivamente el carácter de mi hijo es muy difícil, lo he agarrado en plena acción haciéndole la maldad a un niño y le he regañado tan fuerte que espero no lo vuelva a hacer, claro, primero he hablado con él pero tras su poca disposición, se debe recurrir al regaño fuerte.
Lo vuelvo a decir, comparar no es bueno pero es una forma de reconocer que todos somos diferentes, además, no tiene nada de malo siempre y cuando no hagamos dichas comparaciones frente a los pequeños o hagamos distinciones entre uno y otro. Además, esto nos ayuda a saber que cada uno necesita su trato y una manera específica de disciplinar. Con mi segundo hijo tengo que ser un poco más dura pero es que verdaderamente lo requiere, el primero ahora es tan pacífico que difícilmente me arma un lío.
Su comportamiento nos ha metido en varios problemas pero su pediatra dice que es lo más normal del mundo pues está en la edad de aprender para siempre o para nunca las reglas de socialización. Con el tiempo aprenderá a controlarse, a ser obediente y respetar reglas (¿cuánto faltará para ese momento?).
A veces me gustaría que mis dos hijos fueran iguales pero sus diferencias buenas o malas me han ayudado a aprender a amarlos de la misma manera. Amo todo de ellos, incluso todo de mi mini torbellino y es que los dos me ayudaron a abrir una puerta distinta y a ver el mundo de otra forma.
Dentro de todo cabe destacar que ni el primero, ni el segundo, ni el último, simplemente los hijos son maravillosos y se les debe amar y respetar tal y como son. Con el tiempo y las experiencias, irán moderando su comportamiento según lo consideren.
¿Qué opinas de esta información? Yo opino que los segundos hijos somos los mejores. COMPARTE. :)

Fuente e idea original: espanol.babycenter.com