CUANDO LLEGABAN A CASA NOTABAN QUE SUS HIJOS SE COMPORTABAN DE FORMA MUY SOSPECHOSA Y ERA POR…

Criar a una familia es una tarea que demanda increíbles habilidades, súper-poderes diría yo, y una tenacidad sin igual porque los retos a los que nos enfrentamos como padres son muy grandes y evolucionan de la mano con el crecimiento de nuestros hijos.

Por eso, cuando son pequeñitos nos preocupamos de las gripes, de que no se caigan, de que su desarrollo inicial esté acorde a los estándares, etc. Pero a medida que crecen también crecen los problemas. Como era de esperarse, la etapa más difícil de todas es la adolescencia.

Como verás en este vídeo, en esa particular etapa de vida los problemas son muy complejos, no sólo hay que empezar a preocuparse por lidiar con amenazas externas, como malas amistades, bullying, consumo de alcohol y drogas, sino con nuestros hijos en sí mismos, con sus respuestas altaneras y desafiantes que muchas veces nos dejan tan perplejos que realmente no sabemos cómo reaccionar frente a sus constantes puestas a prueba. Pero sin dudas, lo más complicado es el tema de su sexualidad.

FAMILIA McGarrity

Esta familia tiene para contar una historia muy poco común sobre este tema, una historia que los puso en una situación limite pero la cual gracias al afecto, unión y comprensión lograron superar con total éxito y se convirtieron en un ejemplo de tolerancia a nivel mundial. Claro está que también tienen detractores que los acusan terriblemente por permitir que sus hijos llegaran tan lejos en su exploración.

Cuando su hijo mayor nació se sentían muy felices, era un niño sano y alegre y la experiencia de tenerlo fue tan gratificante que un par de años después, mamá esperaba a su segundo hijo, esta vez se trató de una niña. Se sentían completos a su familia no le hacía falta nada más.

Pasaron los primeros años de infancia de sus hijos como una familia completamente normal, con los inconvenientes y experiencias propias de esas bonitas etapas de vida, donde todo parece ser un poco más fácil comparado a los retos posteriores.

Pero los niños fueron creciendo y cuando ellos regresaban cansados a casa luego de una ardua jornada laboral, encontraban cosas en ambos niños que no les terminaban de encajar. Sobre todo Russie se comportaba de forma muy poco convencional. Pensaron que todo era parte de su crecimiento y esperaron que con el tiempo las cosas se volvieran más normales.

Lejos de eso, su hija también demostró estar un poco confundida respecto a su identidad. Ambos padres vieron que sus hijos sufrían en silencio e intuían que a medida que crecieran, las cosas iban a ser cada vez más difíciles. Decidieron hablar con ellos de inmediato.

Los dos jóvenes confesaron sentirse mal con quienes eran, el chico quería ser mujer y la niña quería ser hombre. Es como si de alguna manera hubiesen nacido en el cuerpo del otro. Para sus padres esta no fue una prueba fácil de superar ni aceptar, pero por encima de todo amaban a sus hijos y si cambiar sus identidades sexuales los harían felices, ellos los apoyarían incondicionalmente.

Así fue y hoy en día ambos son transgénero y se sienten realizados, para los padres ellos siguen teniendo un hijo y una hija así que todo está bien, además dicen que si sus hijos son felices ellos también lo son.