Harta que mi suegra malcriara a mis hijos, por fin le
escribí lo que nunca le dije...
La relación entre la suegra
y la nuera no siempre es la mejor, hay que reconocerlo. Muy probablemente te
identificarás con la siguiente carta y seguro que cambiará tu percepción de la
palabra suegra.
"Siempre
te robaste mi encanto, les dabas todo lo que querían. Desde unja segunda
porción de postre hasta dinero para el camión de helados, jamás les
dijiste no cuando te pedían algo.
Siempre me esforcé
en mostrarte aprecio y respeto mientras intentaba que no convirtieras a mis
hijos en malcriados egoístas que no sabían esperar un turno o compartir porque
siempre cumplías sus deseos apenas abrían la boca.
Los mecías aún
después de que ya estaban dormidos, ¿no entendías que necesitaba que
aprendieran a dormirse solos? Al primer ruido corrías a verlos, ¿cómo podrían
aprender a calmarse solos?.
Y las tardes
contigo, ¡las amaban! Preparabas la comida favorita de cada uno de los tres, y
siempre les tenías un caramelo o un premio especial sorpresa. Creí que ellos
deberían amarte por lo que eras, no asociarte con dulces o regalos; pero nunca
escuchabas cuando intentaba decírtelo.
Se supone que las
abuelas son para "malcriar" a los nietos y luego mandarlos a casa,
pero tú eras ridícula.
Hasta que un día te
fuiste.
Tuve que
explicarles que su abuela había muerto. Se suponía que estarías con ellos en
los momentos especiales, pero te fuiste demasiado pronto y ellos no estaban
listos para decir adiós.
Tu cocina, los
regalos y dulces. Tu presencia. Durante los estos años que pasé intentando que
no los malcriaras jamás pensé en cuanto los amabas. Tu amor de abuela no
conocía límites. Recordabas todos los detalles, tu corazón derramaba amor y tus
brazos fueron incansables.
Estaba tan
equivocada al percibir tu generosidad.
Mis hijos, ahora
adolescentes te extrañan profundamente, no a tus dulces o regalos, te extrañan
a ti. Extrañan correr a recibirte en la puerta; extrañan verte como la más
grande admiradora en las gradas; extrañan hablar contigo y escuchar tus
palabras de amor, sabiduría y ánimo.
Si pudiera hablar
contigo una última vez te diría que cada que un momento precioso me roba el
corazón, cada que los veo alcanzar sus metas, y cuando me sorprendo con sus
talentos o triunfos, pienso en ti. Y que deseo que estuvieras con ellos de
vuelta.
Regresa y ámalos
como nadie en el mundo los ama. Recompénsalos por sus más pequeños logros con
tus dulces y regalos. Prepara sus comidas favoritas y llévalos a dónde quieran
ir. Tan sólo porque los amas.
Regresa y ve cuánto
han crecido, se han convertido en su propia versión de un hombre joven.
Conmuévete conmigo mientras vemos como la familia, los amigos, el tiempo y el
amor los moldearon en tan hermosos seres humanos.
Y cuanto más deseo
que regreses, más me doy cuenta que jamás te has ido.
Ahora entiendo y se
que los amaste con todo tu ser. Sé que ser su abuela te dio alegría y
propósito. Claro que no puedes regresar, pero tu amor siempre permanecerá; un amor
que los cimentó y protegió de maneras inimaginables. Tu amor por ellos es parte
de lo que son y de lo que serán.
Por esto, por cada
premio y regalo, por cada vez que los meciste demasiado, los consolaste o
dejaste quedar despiertos hasta tarde; por esto yo siempre te estaré
agradecida.
Y desearé un millón
de veces que pudieras hacerlo de nuevo."
No pude evitar conmoverme
al leer esta hermosa y poderosa carta. Apreciemos y valoremos a nuestras
abuelas mientras están con nosotros; pero también a nuestras suegras, ellas
sólo quieren lo mejor para sus nietos y los amarán con todo su corazón. Déjanos
tu opinión en los comentarios.
Si tienes, o
tenías, una suegra así, no olvides compartir esta nota y apoyarnos con un Me
Gusta.
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